Los 613 de tu tránsito (Luisa Futoransky)

Están los corazones inteligentes, los corazones ordinarios, los groseros,
mezquinos, de pocas luces, híbridos, hediondos, con sarro.
Los corazones arvejitas, los corazones hígado de pato. Los que se hacen la
mosquita muerta, duermen la siesta, te observan de reojo y despiertan
cantando como locos. Están los corazones que no te verán nunca jamás, los
que te vieron y no viste, espiando, la ñata contra el vidrio.
El corazón estreñido, el corazón bofe, de pompa y circunstancia, corazón de
lo que el viento se llevó.
Los puro cuore, purapinta y nada más que blablablá
Los flor de ceibo, de morondanga y de madera terciada.
Los corazones mersa y murga, el corazón de querer y no poder,
Corazón mitómano y bífido.

Hay corazones en remojo de vinagre, oporto y en champagne
corazones que te traen yeta y que los parta un rayo
corazón donde estás y “por qué dejaste sola a la pobre Lu”
corazones arrugados y almidonados
corazones que más vale perderlos que encontrarlos
Corazones al bies y en falsa escuadra.

Corazones oro plata platino y mucha esmeralda
corazones que te pasan factura
corazones fuente de Juvencia
y gloria de Dios al anochecer en Galilea

Corazones cenicientos, nomeolvides
Dama de corazones, corazonadas aceptar.

Lo imprescindible (Cristina Peri Rossi)

Uno aprende que lo imprescindible
no eran los libros
no eran los discos
no eran los gatos
no eran los paraísos en flor
derramándose en las aceras
ni siquiera la luna grande blanca
en las ventanas
no era el mar arribando
su rumia rompedora en el malecón
ni los amigos que ya no se ven
ni las calles de la infancia
ni aquel bar donde hacíamos el amor con la mirada.

Lo imprescindible era otra cosa.

Nocturno (Susana Thénon)

Déjame nadar por tus venas,
por tus ríos de sangre
y de saliva,
por tus manantiales de sombra,
por tus rincones tiernos,
por tus lentos respiros,
por tus ojos serenos,
por tus palabras tristes,
por tu sonrisa inquieta,
por tu marcha sobre el asfalto
turbio de las ciudades:
déjame serte.

Como un motivo (Gabo Ferro)

 



Me decís que te puedo salvar,
Que te puedo sacar de donde estás,
Que te puedo sanar, que te puedo besar,
Que te puedo soltar, que te puedo volar.
Me decís que yo te sé mirar, que yo te sé tratar,
Que yo te sé tocar, que te puedo aclarar,
Que te sé hacer brillar, que te puedo calmar,
Que te puedo soñar.
Y acá yo de piedra,
Como un detalle, como un motivo
Para que vos
Te salves, te saques, te sanes, te beses,
Te sueltes, te vueles, te mires, te trates,
Te toques, te aclares, te brilles, te calmes,
Te llores, te rompas, te cuides, te abrigues,
Te enseñes, te muestres, te llenes,
Te abrigues conmigo, pero sin mí,
Como un motivo, conmigo
Pero sin mí.


La unión libre (André Breton)

Mi mujer de cabellera de fuego de madera
De pensamientos de relámpagos de calor
De cintura de reloj de arena
Mi mujer de cintura de nutria entre los dientes del tigre
Mi mujer de boca de escarapela y de ramo de estrellas de última magnitud
De dientes de huellas de ratón blanco sobre la tierra blanca
De lengua de ámbar y de vidrio frotadas
Mi mujer de lengua de hostia apuñalada
De lengua de muñeca que abre y cierra los ojos
De lengua de piedra increíble
Mi mujer de pestañas de palotes de escritura infantil
De cejas de borde de nido de golondrina
Mi mujer de sienes de pizarra de techo de invernadero
Y de vaho que empaña los cristales
Mi mujer de hombros de champaña
Y de fuente con cabezas de delfines bajo el hielo
Mi mujer de muñecas de cerillas
Mi mujer de dedos de azar y de as de corazones
De dedos de heno cortado
Mi mujer de axilas de marta y de haya
De noche de San Juan
De ligustro y de nido de escalares
De brazos de espuma de mar y de esclusa
Y de mezcla del trigo y del molino
Mi mujer de piernas de cohete
De movimientos de relojería y de desesperación
Mi mujer de pantorrillas de médula de saúco
Mi mujer de pies de iniciales
De pies de manojos de llaves de pies de calafates que beben
Mi mujer de cebada no perlada
Mi mujer de garganta de Valle de oro
De cita en el lecho mismo del torrente
De pechos de noche
Mi mujer de pechos de topera marina
Mi mujer de pechos de crisol de rubíes
De pechos de espectro de la rosa bajo el rocío
Mi mujer de vientre de despliegue de abanico de los días
De vientre de garra gigante
Mi mujer de espalda de pájaro que huye vertical
De espalda de azogue
De espalda de luz
De nuca de canto rodado y de tiza mojada
Y de caída de un vaso en el que acaba de beberse
Mi mujer de caderas de barquilla
De caderas de lucerna y de plumas de flecha
Y de tronco de plumas de pavo real blanco
De balanza insensible
Mi mujer de nalgas de gres y de amianto
Mi mujer de nalgas de espalda de cisne
Mi mujer de nalgas de primavera
De sexo de gladiolo
Mi mujer de sexo de yacimiento de oro y de ornitorrinco
Mi mujer de sexo de alga y de bombones antiguos
Mi mujer de sexo de espejo
Mi mujer de ojos llenos de lágrimas
De ojos de panoplia violeta y de aguja imantada
Mi mujer de ojos de sabana
Mi mujer de ojos de agua para beber en prisión
Mi mujer de ojos de madera siempre bajo el hacha
De ojos de nivel de agua de nivel de aire de tierra y de fuego

Cortejo (Cristina Peri Rossi)

Las ballenas cantan canciones de amor a través de los océanos
y nunca se repiten.
Son canciones de cortejo
se escuchan a diez mil millas de distancia.
¿No iba yo a invocar tu nombre
a través de los océanos de las avenidas
a través de las misteriosas estelas de los astros
a través de los autos y las urbanizaciones
a través de las plazas de estacionamiento
y la rambla que limita al mar
y su desembocadura?

Qué es el mar (Sergio Raimondi)

El barrido de una red de arrastre a lo largo del lecho,
mallas de apertura máxima, en el tanque setecientos mil
litros de gas-oil, en la bodega bolsas de papa y cebolla,
jornada de treinta y cinco horas, sueño de cuatro, café,
acuerdos pactados en oficinas de Bruselas, crecimiento
del calamar illex en relación a la temperatura del agua
y las firmas de aprobación de la Corte Suprema, circuito
de canales de acero inoxidable por donde el pescado cae,
abadejo, hubbsi, transferencias de permiso amparadas
por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca; ahí:
atraviesa el fresquero la línea imaginaria del paralelo, va
tras una mancha en la pantalla del equipo de detección,
ignorante el cardumen de la noción de millas o charteo,
de las estadísticas irreales del INIDEP o el desfasaje
entre jornal y costo de vida desde el año mil novecientos
noventa y dos, filet de merluza de cola, SOMU y pez rata,
cartas de crédito adulteradas, lámparas y asiático pabellón,
irrupción de brotes de aftosa en rodeos británicos, hoki,
retorno a lo más hondo de toneladas de pota muerta
ante la aparición de langostino (valor cinco veces mayor),
infraestructura de almacenamiento y frío, caladero, eso.

Pedimos (Roque Dalton)

Pedimos que nos amen, que nos dejen amar,
pedimos que nos hagan quedarnos solos atados a los ángeles,
que no dejen testigos desde ahora
esperando la imagen
honda de nuestras lágrimas;
pedimos que no insistan en herirnos el lugar de la ira,
pedimos que las esposas doren el blanco pan
y nos conviden a la mesa del júbilo,
que los muchachos y las muchachas
recuesten su frescura de musicales líquenes
sobre la llamarada que nos nació en las voces,
pedimos la sonrisa
desde nuestra lastimadura más presente
y el escudo fraterno desde el opaco miedo
que nos podría suceder;
pedimos el abrazo,
el ambulante nido para la desangrada palabra
que un día descubrimos y que venimos ahora a repartir…


Espacio... (George Perec)

ESPACIO

ESPACIO LIBRE

ESPACIO CERRADO

ESPACIO PRESCRITO

          ALTA DE ESPACIO

ESPACIO CONTADO

ESPACIO VERDE

ESPACIO VITAL

ESPACIO CRÍTICO

        POSICIÓN EN EL ESPACIO

ESPACIO DESCUBIERTO

  DESCUBRIMIENTO DEL ESPACIO

ESPACIO OBLICUO

ESPACIO VIRGEN

ESPACIO EUCLIDIANO

ESPACIO AÉREO

ESPACIO GRIS

ESPACIO TORCIDO

ESPACIO DEL SUEÑO

                    BARRA DE ESPACIO

         PASEOS POR EL ESPACIO

        GEOMETRÍA DEL ESPACIO

MIRADA QUE EXPLORA EL ESPACIO

  ESPACIO TIEMPO

  ESPACIO MEDIDO

    LA CONQUISTA DEL ESPACIO

 ESPACIO MUERTO

 ESPACIO DE UN INSTANTE

 ESPACIO CELESTE

 ESPACIO IMAGINARIO

 ESPACIO NOCIVO

 ESPACIO BLANCO

 ESPACIO DEL INTERIOR

          EL PEATÓN DEL ESPACIO

ESPACIO QUEBRADO

ESPACIO ORDENADO

ESPACIO VIVIDO

ESPACIO BLANDO

ESPACIO DISPONIBLE

ESPACIO RECORRIDO

ESPACIO PLANO

ESPACIO TIPO

ESPACIO EN TORNO

           TORRE DEL ESPACIO

           A ORILLAS DEL ESPACIO

ESPACIO DE UNA MAÑANA

MIRADA PERDIDA EN EL ESPACIO

           LOS GRANDES ESPACIOS

  LA EVOLUCIÓN DE LOS ESPACIOS

ESPACIO SONORO

ESPACIO LITERARIO

                 LA ODISEA DEL ESPACIO

Lo (Luis Pescetti)

Lo que viniste

Lo que me gusta

Lo que me cansa

Lo que te tira

Lo que me aplasta

Lo que me resta

Lo que me asusta

Lo que me besa

Lo que me busca

Lo que me lleva

Lo que me enseña

Lo que me llega

Lo que me gusta

Lo que te pienso

Lo que te ilustra

Lo que fuiste

Lo que te veo

Lo que te sueño

Lo que te quiero

Lo que te llevo.

Lo que te sigo

Lo que te digo

Lo que te leo.

Lo que te traigo

Lo que te dejo

Lo que me llevo.

Lo que te abrazo.

Lo que te espero. 

Sobreviviente (Roger Mac Gough)

Todos los días
pienso en la muerte.
En la enfermedad, el hambre,
la violencia, el terrorismo, la guerra.

Me ayuda
a distraerme.


Las causas (J. L. Borges)

Los ponientes y las generaciones.
Los días y ninguno fue el primero.
La frescura del agua en la garganta
de Adán. El ordenado Paraíso.
El ojo descifrando la tiniebla.
El amor de los lobos en el alba.
La palabra. El hexámetro. El espejo.
La Torre de Babel y la soberbia.
La luna que miraban los caldeos.
Las arenas innúmeras del Ganges.
Chuang-Tzu y la mariposa que lo sueña.
Las manzanas de oro de las islas.
Los pasos del errante laberinto.
El infinito lienzo de Penélope.
El tiempo circular de los estoicos.
La moneda en la boca del que ha muerto.
El peso de la espada en la balanza.
Cada gota de agua en la clepsidra.
Las águilas, los fastos, las legiones.
César en la mañana de Farsalia.
La sombra de las cruces en la tierra.
El ajedrez y el álgebra del persa.
Los rastros de las largas migraciones.
La conquista de reinos por la espada.
La brújula incesante. El mar abierto.
El eco del reloj en la memoria.
El rey ajusticiado por el hacha.
El polvo incalculable que fue ejércitos.
La voz del ruiseñor en Dinamarca.
La escrupulosa línea del calígrafo.
El rostro del suicida en el espejo.
El naipe del tahúr. El oro ávido.
Las formas de la nube en el desierto.
Cada arabesco del calidoscopio.
Cada remordimiento y cada lágrima.
Se precisaron todas esas cosas
para que nuestras manos se encontraran.

Procrastination (John Kelly)

 


Un árbol tatuado... (Otto Raúl González)

Un árbol tatuado de retoños
un zenzontle que dialoga con el cielo
el sabor de una fruta o de una estrella
un collar de hipocampos, una muda caricia,
un niño que ríe, un adiós para siempre,
el sonido del agua al caer en los vasos,
el otoño sangrando en las ventanas
el nacimiento de un río o de una idea,
la cólera del mar frente a las rocas,
las flores de cristal cultivadas en Marte,
el mundo a través de una lágrima,
la lluvia lila de los jacarandás,
la mirada de los héroes, la lucha de los pueblos,
las voces subterráneas de los pozos,
las doncellas que desgranan maíz en el patio,
las casas de huéspedes de las mariposas,
los zapatos del viento,
un becerro de tres días,
un hombre y una mujer desnudos;
eso es la poesía y también algo más.

Despedida (Jorge Teillier)


Me despido de mi mano
que pudo mostrar el paso del rayo
o la quietud de las piedras
bajo las nieves de antaño.

Para que vuelvan a ser bosques y arenas
me despido del papel blanco y de la tinta azul
de donde surgían los ríos perezosos,
cerdos en las calles, molinos vacíos.

Me despido de los amigos
en quienes más he confiado:
los conejos y las polillas,
las nubes harapientas del verano,
mi sombra que solía hablarme en voz baja.

Me despido de las Virtudes y de las Gracias del planeta:
Los fracasados, las cajas de música,
los murciélagos que al atardecer se deshojan
de los bosques de casas de madera.

Me despido de los amigos silenciosos
a los que sólo les importa saber
dónde se puede beber algo de vino,
y para los cuales todos los días
no son sino un pretexto
para entonar canciones pasadas de moda.

Me despido de una muchacha
que sin preguntarme si la amaba o no la amaba
caminó conmigo y se acostó conmigo
cualquiera tarde de esas que se llenan
de humaredas de hojas quemándose en las acequias.
Me despido de una muchacha
cuyo rostro suelo ver en sueños
iluminado por la triste mirada
de trenes que parten bajo la lluvia.

Me despido de la memoria
y me despido de la nostalgia
la sal y el agua
de mis días sin objeto

y me despido de estos poemas:
palabras, palabras 
un poco de aire
movido por los labios palabras
para ocultar quizás lo único verdadero:
que respiramos y dejamos de respirar.




Proximidad (Jorge de la Vega)

 



Estar cerca, aproximarse,
acercarse, estrecharse y abrazarse,
rozarse, bordearse y confundirse,
y ceñirse y apretarse,
apiñarse, agavillarse,
allegarse, adjuntarse e incluirse,
hacinarse, apropincuarse y anudarse
y reanudarse, avecindarse y convivirse.

 
Unámonos, unifiquémonos,
añadámonos, sumémonos, adicionémonos,
reunámonos, liguémonos, recopilémonos,
aliémonos y enlacémonos,
conciliémonos y aglutinémonos,
adhirámonos, amalgamémonos y barajémonos,
enrosquémonos, embebámonos e intercalémonos
y entrelacémonos y entremezclémonos y
entretejámonos.

 
Compañera, acompañante,
consecuente, inseparable, connivente,
confusa, aproximada, convergente,
yuxtapuesta y adyacente,
fronteriza e inherente,
inclusa, incluida y subsiguiente:
fijate cuánto podría hacer la gente
si el diccionario fuera menos imponente.

Enumerandoló (Idea Vilariño)

Enfermedad y frío
y tristeza cerrada
y días días días
enfermedad tristeza
cansancio enfermedad.
Aire helado abandono
frío fatiga penas
ninguna carta nadie
miserias y limosnas
remedios notas cuentas
Viento sur tercer piso.
madrugadas horribles
noches perdidas penas
y días días días
viento miserias frío
enfermedad tristeza.

Amor sideral (Edson Velandia \ con Sofía Viola)

 



Mi amor por ti
es un amor sideral, yo amo contigo las piedras.
Yo amo contigo los tiestos, los huecos, los árboles secos
las fieras del norte.
Yo amo contigo a la víctima y al criminal
mi amor por ti es sideral.

Mi amor por ti
es un amor sideral, yo amo por ti mis ahorros
mis puntos, mis deudas.
Amo los fraudes, los trámites y las escuelas.

Si te queda un cupo desierto
me subo a ese bus y nos vamos a ver, lo que haya que ver
que lo que tu mires, bonito se mira, bonito sí es.

Mi amor por ti
es un amor sideral, yo amo la z, la x, la y.
Yo amo la trampa y la ley.
Yo amo el ceviche peruano, la yuca partida, las patas torcidas.
Amo a tu amante y tu ex.
Yo amo tu amor unisex.

Mi amor por ti
es un amor sideral, yo amo tus libros malditos
tus juntas, tus vicios
tus charlas eternas con el más allá.

Mi amor por ti es fantástico
melódico, empírico, copérnico.
Es un amor sideral.

Si te queda un cupo desierto
me subo a ese bus y nos vamos a ver, lo que haya que ver
que lo que tu mires, bonito se mira, bonito sí es.

Es, es, es, es, es, es...

Acá en los barrios... (Mariano Blatt)

Acá en los barrios convivimos personas,
plantas,
perros, aves, insectos,
el viento y los comercios.
autos,
bicis,
sonidos del tren,
una radio prendida,
agua,
que corre por los caños,
el teléfono,
que sonó ayer a la mañana,
un taladro, dos bocinazos
y esa frase escuchada por la mitad.


Por eso (Pedro Mairal)

porque yo me desierto y tú me lluvias
porque me océano y me balsas
porque me otoño y tú me hojas
porque me sótano y me alas
por eso yo te músico y me músicas
por eso yo te potro y tú me frutas
y yo te marinero y me tabernas
y yo te remolino y me lagunas
por eso yo te circo y tú me infancias
por eso te amarillo y me amarillas
y te barco y me arenas
y te astro y me noches
y te buzo y me perlas
y te campo y me flores
por eso yo te viento y tú me crines
por eso te crepúsculo y me auroras
por eso yo te cielo y tú me golondrinas

He visto a Dios… (Mario Levrero)

He visto a Dios
cruzar por la mirada de una puta
hacerme señas con las antenas de una hormiga
hacerse vino en un racimo de uvas olvidado en la parra
visitarme en un sueño con el aspecto repulsivo de una babosa gigantesca;
he visto a Dios en un rayo de sol que oblicuamente animaba la tarde;
en el buzo violeta de mi amante después de una tormenta;
en la luz roja de un semáforo
en una abeja que libaba empecinadamente de una florcita
miserable, mustia y pisoteada, en la plaza Congreso;
he visto a Dios incluso en una iglesia. 

Milonguética (Alfredo Tape Rubín)




Mágica pero despótica
Tóxica pero romántica
Múltiple pero monótona
Plástica pero fantástica

Fúnebre pero dinámica
Cómoda pero transgénica
Lógica pero caótica
Lírica pero maléfica

Fálica pero ridícula
Fóbica pero simpática
Rápida pero neurótica
Clásica pero psicópata

Bélica pero didáctica
Láctea pero profiláctica
Súbdita pero xenófoba
Bárbara pero informática

Mítica pero raquítica
Sórdida pero científica
Mística pero pedófila
Cívica pero decrépita
Cínica pero lumínica
Próspera pero parásita
Rígida pero melódica
Drástica pero demócrata

Máxima pero ilegítima
Práctica pero patética
Pútrida pero hegemónica
Frígida pero magnética

Ética
Mediática
Dramática
Mortífera
Misógina
Magnífica
Nostálgica
Patriótica
Fanática
Bulímica
Sacrílega
Centrípeta
Carnívora
Ilógica
Milonguética

 

La cogida y la muerte (Federico García Lorca)

A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.

El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones del bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde,
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en punto de la tarde.


Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

Cosas que pasaron a la misma hora (after Lorca) (Fabián Casas)

El viejo del brazalete negro
cerró el libro
y dejó sus lentes sobre la mesa.
A las cinco de la tarde.
Las hinchadas se encontraron en el dock
para ver quién la tenía más larga.
A las cinco de la tarde.
Empezó una vez más
“Frankenstein conquista Tokio”
en Sábados de Super Acción.
A las cinco de la tarde.
Se hizo justicia
y el toro
se probó
al torero
de visera.

Sueños (Nicanor Parra)

Sueño con una mesa y una silla
Sueño que me doy vuelta en automóvil
Sueño que estoy filmando una película
Sueño con una bomba de bencina
Sueño que soy un turista de lujo
Sueño que estoy colgando de una cruz
Sueño que estoy comiendo pejerreyes
Sueño que voy atravesando un puente
Sueño con un aviso luminoso
Sueño con una dama de bigotes
Sueño que voy bajando una escalera
Sueño que le doy cuerda a una vitrola
Sueño que se me rompen los anteojos
Sueño que estoy haciendo un ataúd
Sueño con el sistema planetario
Sueño con una hoja de afeitar
Sueño que estoy luchando con un perro
Sueño que estoy matando una serpiente
Sueño con pajarillos voladores
Sueño que voy arrastrando un cadáver
Sueño que me condenan a la horca
Sueño con el diluvio universal
Sueño que soy una mata de cardo
Sueño también que se me cae el pelo.


Love (John Lennon)

 




Love is real, real is love
Love is feeling, feeling love
Love is wanting to be loved

Love is touch, touch is love
Love is reaching, reaching love
Love is asking to be loved

Love is you
You and me
Love is knowing
We can be

Love is free, free is love
Love is living, living love
Love is needing to be loved 

Posibilidades (Wislawa Szymborska)

Prefiero el cine.
Prefiero los gatos.
Prefiero los robles a orillas del Warta.
Prefiero Dickens a Dostoievski.
Prefiero que me guste la gente
a amar a la humanidad.
Prefiero tener a la mano hilo y aguja.
Prefiero no afirmar
que la razón es la culpable de todo.
Prefiero las excepciones.
Prefiero salir antes.
Prefiero hablar de otra cosa con los médicos.
Prefiero las viejas ilustraciones a rayas.
Prefiero lo ridículo de escribir poemas
a lo ridículo de no escribirlos.
Prefiero en el amor los aniversarios no exactos
que se celebran todos los días.
Prefiero a los moralistas
que no me prometen nada.
Prefiero la bondad astuta que la demasiado crédula.
Prefiero la tierra vestida de civil.
Prefiero los países conquistados a los conquistadores.
Prefiero tener reservas.
Prefiero el infierno del caos al infierno del orden.
Prefiero los cuentos de Grimm a las primeras planas
del periódico.
Prefiero las hojas sin flores a la flor sin hojas.
Prefiero los perros con la cola sin cortar.
Prefiero los ojos claros porque los tengo oscuros.
Prefiero los cajones.
Prefiero muchas cosas que aquí no he mencionado
a muchas otras tampoco mencionadas.
Prefiero el cero solo
al que hace cola en una cifra.
Prefiero el tiempo insectil al estelar.
Prefiero tocar madera.
Prefiero no preguntar cuánto me queda y cuándo.
Prefiero tomar en cuenta incluso la posibilidad
de que el ser tiene su razón.


Lugares donde la vi (Fabián Casas)

En la Plaza de la Revolución,
en el brazo del Gran Jugador,
en la remera del cantante pop,
en la mente del estudiante agrario,
escondida debajo del tatami,
en el free shop de Miami
y en los ojos de los siberian dogs.


Ser tu perro (Sofía Viola)

 



Quiero, que me abraces esta noche,
Quiero, que me quieras de verdad,
Pero sé que eso es imposible,
Así que en perro voy a reencarnar.
Quiero, que me saques de paseo,
Quiero, que me enseñes a saltar,
Quiero que me rasques este pecho,
Y me des Dogui de cenar.
Quiero que me retes cuando rompa,
Tus zapatos y tus botas,
Quiero que me azotes con tu ropa
Tus calzados y demás.
Quiero despertame con mi lengua,
Quiero que acaricies mis orejas,
Quiero que me amarres con cadenas
Y me dejes dormir fuera.
Por eso quiero ser tu perro,
Es la única manera que yo encuentro,
Por eso quiero ser tu perro
Y dormirme en tu falda en invierno.
Quiero orinar... en tu alfombra...
Quiero dormir en tu sofá
Quiero saltarte, al entrar,
Y llorar las noches que te vas.
Por eso quiero ser tu perro
Que es la única manera que yo encuentro,
Y dormirme en tu falda en invierno...
Oh oh oh oh

Es la baba (Oliverio Girondo)

Es la baba. 
Su baba. 
La efervescente baba. 
La baba hedionda, 
cáustica; 
la negra baba rancia 
que babea esta especie babosa de alimañas
por sus rumiantes labios carcomidos, 
por sus pupilas de ostra putrefacta, 
por sus turbias vejigas empedradas de cálculos,
por sus viejos ombligos de regatón gastado,
por sus jorobas llenas de intereses compuestos,
de acciones usuarias; 
la pestilente baba, 
la baba doctorada, 
que avergüenza la felpa de las bancas con dieta
y otras muelles poltronas no menos escupidas.
La baba tartamuda, 
adhesiva, 
viscosa, 
que impregna las paredes tapizadas de corcho
y contempla el desastre a través del bolsillo.
La baba disolvente. 
La agria baba oxidada. 
La baba. 
¡Sí! Es su baba... 
lo que herrumbra las horas, 
lo que pervierte el aire, 
el papel, 
los metales; 
lo que infecta el cansancio, 
los ojos, 
la inocencia, 
con sus vermes de asco, 
con sus virus de hastío, 
de idiotez, 
de ceguera, 
de mezquindad, 
de muerte. 

Podría... (Robin Mayers)

Podría haber un incendio.
Podrías encontrarte en el metro

de una ciudad que se aleja de ti en espiral
como una rueda después de una patada.

Podrías estar perdido.
Podrías tener que preguntarle

a un desconocido cómo llegar a algún lugar,
y podrías tener que aprender

a llegar a ese lugar. Podrías ser viejo
o joven. Podría haber una guerra,

o una inundación, o demasiados días
de cierto tipo.

Podrías encender un cigarrillo
que te dieron

de regalo. Podrías reconocer
su punta impaciente

como una extensión de tu posible
desastre. Y de tu respiración.

Las patrias (Mario Paoletti)

Los cuadernos rayados marca Rivadavia 
Las mesitas de mármol de Las Cuartetas 
Los colores rojo y negro de cierto club de barrio
Una sala de teatro, vacía 
El olor a tinta de imprenta 
La inesperada amabilidad de un desconocido
El mar cada vez que vuelvo a verlo 
El recuerdo de una boca con sabor a anís 
El frescor de la adobe en el calor de la siesta
Los delantales de mamá 
Aquellos libros que nos dejaban soñando 
Las mañanas de domingo con diarios en la cama
Un techo de zinc sobre el que bate la lluvia. 

La complicidad (Cultura Profética \ por Perotá Chingó)






Soy el verbo que da acción a una buena conversación
Y cuando tu me nombras siente ganas
Soy la nueva alternativa contra contaminación
Y tu eres la energía que me carga
Soy una arboleda que da sombra a tu casa
Un viento suave que te soba la cara
De too's tus sueños, negra, soy la manifestación
Tu eres esa libertad soñada

Soy la serenidad que lleva a la meditación
Y tu eres ese tan sagrado mantra
Soy ese juguito e' parcha que te baja la presión
Y siempre que te sube tu me llamas ya
Tira la sábana sal de la cama
Vamos a conquistar toda la casa
De todo lo que tu acostumbras soy contradicción
Creo que eso es lo que a ti te llama

La complicidad es tanta
Que nuestras vibraciones se complementan
Lo que tienes me hace falta
Y lo que tengo te hace ser más completa
La afinidad es tanta
Miro a tus ojos y ya se lo que piensas
Te quiero por que eres tantas
Cositas bellas que me hacen creer que soy

La levadura que te hace crecer el corazón
Y tu la vitamina que me falta
Soy ese rocío que se posa en tu vegetación
Y tu esa tierra fértil que esta escasa
Soy la blanca arena que alfombra tu playa
Todo el follaje que da vida a tu mapa
De toda idea creativa soy la gestación
Tu eres la utopía deseada

La complicidad es tanta
Que nuestras vibraciones se complementan
Lo que tienes me hace falta
Y lo que tengo te hace ser más completa
La afinidad es tanta miro a tus ojos
Y ya se lo que piensas
Te quiero por que eres tantas cositas
Bellas que me hacen sentir muy bien

Soy la locura que estremece,
Soy tu adicción y tu eres mi felicidad, mi calma
Soy una colonia que va en busca de liberación
Y tu eres esa dosis de esperanza
Soy la cordillera que en la distancia
Te cura la visión con su elegancia
De todo loco que lo intenta soy la frustración
Y tu eres ese reto que me encanta

La complicidad es tanta
Que nuestras vibraciones se complementan
Lo que tienes me hace falta
Y lo que tengo te hace ser más completa
La afinidad es tanta miro a tus ojos
Y ya se lo que piensas
Te quiero por que eres tantas
Cositas bellas que me hacen sentir muy bien

Llorar... (Oliverio Girondo)

Llorar a lágrima viva.  
Llorar a chorros.  
Llorar la digestión.  
Llorar el sueño.  
Llorar ante las puertas y los puertos.  
Llorar de amabilidad y de amarillo.  
Abrir las canillas,  
las compuertas del llanto.  
Empaparnos el alma, la camiseta.  
Inundar las veredas y los paseos,  
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.  Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños familiares, llorando.  Atravesar el África, llorando.  
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...  si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos  no dejan nunca de llorar.  
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.  
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.  Llorarlo por el ombligo, por la boca.  Llorar de amor, de hastío, de alegría.  Llorar de frac, de flato, de flacura.  
Llorar improvisando, de memoria.  
¡Llorar todo el insomnio y todo el día! 

Agua podrida (Leo Maslíah)




Agua podrida estancada y reseca,
Agua podrida pescado buseca
Agua podrida, agua podrida.
Agua podrida tapada de mugre.
Agua podrida que queda y se pudre.
Agua podrida, agua podrida.
Agua podrida con gasas al lado.
Agua podrida con gente al costado.
Agua podrida, agua podrida.

Agua podrida, podrida;
agua podrida, podrida, podrida, podrida.

Agua podrida corriendo despacio.
Agua podrida criando batracios.
Agua podrida, agua podrida.
Agua podrida cuajada, cortada.
Agua podrida habitada poblada.
Agua podrida, agua podrida.
Agua podrida en la calle sedienta.
Agua podrida que pide tormenta.
Agua podrida, agua podrida.

Agua podrida, podrida;
agua podrida, podrida, podrida, podrida.

Agua podrida, podrida del todo.
Agua podrida, podrida de todo.
Agua podrida, agua podrida.
Agua podrida clavada en el suelo.
Agua podrida no vuelve al cielo.
Agua podrida, agua podrida
Agua podrida, recontra podrida.
Agua podrida que pudre la vida.
Agua podrida, agua podrida.

Agua podrida, podrida;
agua podrida, podrida, podrida, podrida.

Piedras en caja con compartimentos (Laura Wittner)

Una piedra pesada con forma de papa.
Una piedra redonda color verde cloro.
Una piedra que es casi una cucarachita.
Una piedra con pecas, un poco marchita.

Una roca que no entra en su compartimento.
Un cristal arenoso como un aguaviva.
Un guijarro aplastado, pulido, bien fino
encontrado una tarde en medio del camino.

Una piedra de río con capas de mica.
Una piedra de mar incrustada de nácar.
Un piedrón. Un piedrín. Un cuarzo. Una turquesa.
Una piedra lunar. Una piedra sorpresa.


Video

No queremos que nos persigan (Néstor Perlongher)

ni que nos prendan
ni que nos discriminen
ni que nos maten
ni que nos curen
ni que nos analicen
ni que nos expliquen
ni que nos toleren
ni que nos comprendan:
lo que queremos es que nos deseen.

Ya no (Idea Vilariño)

Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo ni nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.

Pido disculpas... (Luis Alberto Spinetta)

Pido disculpas 
a los días de Pascua 
por haberme roto la boca 
con el humo de la adormidera.

Pido disculpas 
a la gloriosa peluca 
por haberla pisado 
con mi aplanadora de estiércol.

Pido disculpas 
a la muerte 
por haberme reído 
mientras transcurría.

Pido disculpas 
al enano 
por haberle vomitado un calibre.

Pido disculpas 
al blanco asiento 
por haberle escrito 
mi nombre con sangre.

Pido disculpas al ratero 
por haberle robado 
la joya robada 
y haberla arrojado a su cráneo.

Pido disculpas 
por haberme borrado 
de la foto a pinchar,

Pero no pido disculpas 
por la alegría que tuve 
sin saber por qué.

Azul el aire... (Hugo Gola)

Azul el aire
los árboles
los pastos
azul elcielo
tus ojos
mis manos
azul el humo
y estas largas vías despobladas
y este tren que me lleva
azul el sol
azul azul
toda esta niebla
extendida hasta el cielo
desde mi corazón azul
desde mi aliento

Azul hundido en mí
gritando
azul abierto bajo mis pies
azul ceñido
opaco
muralla azul
límite azul
que subes
y que subes
pero de pronto
llegas
y te toco
con mis dedos azules

Me hundo en ti
me olvido en ti
y vuelvo a alcanzar aquel extremo azul
cuando la tarde
ya inclinada
derrama en el aire
su misterio.


Andan los relojes... (Gonzalo Millán)

Andan los relojes.
Andan los planetas.
¿Cómo andamos?
Ando a tropezones.
Ando enfermo.
Ando con hambre.
Ando sin plata.
Ando andrajoso.
Ando sucio.
Ando solo.
Ando comiendo.
Ando huyendo.
¡Andate! me dijeron.
Andan tras de mí.
Ando por los andenes.
¡Andando!
Adiós.
Los Andes están nevados.

Siempre (Alejandra Pizarnik)

Cansada del estruendo mágico de las vocales
Cansada de inquirir con los ojos elevados
Cansada de la espera del yo de paso
Cansada de aquel amor que no sucedió
Cansada de mis pies que sólo saben caminar
Cansada de la insidiosa fuga de preguntas
Cansada de dormir y de no poder mirarme
Cansada de abrir la boca y beber el viento
Cansada de sostener las mismas vísceras
Cansada del mar indiferente a mis angustias
¡Cansada de Dios! ¡Cansada de Dios!
Cansada por fin de las muertes de turno
a la espera de la hermana mayor
la otra la gran muerte
dulce morada para tanto cansancio.

Your face (Bill Plympton)